
Ahora escribo, a las once de la noche, mientras de cerca puedo oír las
cucharillas de Àgatha.
Sí, ya es un poco tarde y en un ratito la pondremos a dormir. Hace unos
minutos mamá la duchaba y le daba la cena.
Hoy no quiere comérselo todo, mamá reniega y le pide que cierre la boca pero ella no lo entiende.
Entre la ducha y la cena esta noche ha habido un estallido de sensaciones:
cansancio, abnegación, sentimiento, dedicación y amor… mucho amor
Las mañanas del día a día, preparándola para ir al cole, cambiarla,
peinarla, correr que no marche el bus de la escuela sin ella…
Otro agotamiento más.
Y esto se convierte en una rutina diaria, a veces con momentos más duros,
otras más dulces y otras… que parecerían sin fin.
Mamá es una luchadora infatigable, cansada, abnegada, con mucho sentimiento,
dedicación y amor… mucho, mucho amor.